DEFINITIVAMENTE ES NORMAL, correr más rápido de lo que deberíamos, especialmente empezando a correr. Intentamos correr a ritmos más rápidos por un buen ''pace'' reflejado en strava o intensidades a las que nuestro cuerpo aún no responde de forma eficiente, lo que provoca que terminemos más cansados, frustrados, con molestias musculares o simplemente exhaustos en vez de haber disfrutado o cumplir con el entrenamiento real. Si tenemos un entrenamiento suave y sentimos que nuestro corazón va demasiado rápido y nos cuesta hablar probablemente es que estemos corriendo a un ritmo que no conviene. Tenemos diferentes entrenos series, intervalos, tempo, ‘’’fondos’’, trotes regenerativos… todos ellos separados, seguidos de descansos para alcanzar objetivos específicos..
Todos hemos un test para saber el ritmo aproximado deberíamos de entrenar, pero para entendernos más rápido podríamos dividir el entrenamiento en aeróbica (fácil) la aeróbica –anaeróbica (semi-intenso) y la anaeróbica (difícil).
Llevando esto a la prueba del habla, cuando vamos a un ritmo suave o trotando, podemos hablar, a medida que aumentamos la velocidad, notaremos una sensación más intensa, en la que nuestro nivel conversacional se va viendo reducido hasta que notamos que podemos hablar cortado. Y finalmente, cuando la intensidad del ejercicio es tan alta que apenas entra aire en tus pulmones, es cuando nuestros músculos tienen que realizar sus funciones contráctiles en ausencia de oxígeno, que es cuando llegas a la zona anaeróbica. En cada una de estas zonas, nuestro cuerpo responde de una manera distinta, usando diferentes fuentes de energía o de abastecimiento.
Para entender un poco de los beneficios del entrenamiento:
La energía que necesitan nuestros músculos para contraerse va a depender de cómo se absorbamos tanto los hidratos de carbono como las grasas. Nuestro suministro fundamental de energía van a ser las grasas y cuando estamos trabajando en esta zona, nuestro cuerpo va a aprender a usar antes que agotar las reservas de glucógeno.
Cuando trabajamos en esta zona, aprendemos a controlar la respiración y así permitimos que el oxígeno viaje mejor por nuestro cuerpo.
Va a mejorar nuestro riego sanguíneo, por qué hay un crecimiento de los capilares, que son las pequeñas ramificaciones de las venas que llevarán el oxígeno y la energía a cada parte que necesitamos durante la actividad.
Al correr a bajas pulsaciones cardiacas, mejoremos el funcionamiento del corazón y su resistencia, esto nos va a permitir correr por tiempo prolongado, aunque sea de forma más lenta.
Al rodar a un ritmo mas lento, las mitocondrias que suministran la mayor parte de la energía a las células, aumentaran su actividad y su densidad, por lo que conseguiremos que nuestro cuerpo tenga energía durante más tiempo y nos prolonguemos nuestro cansancio más tarde.
Muy importante no entrenar duro siempreque vamos a disminuir el riesgo de padecer lesiones, dado que no someteremos nuestro organismo a un sobreesfuerzo y permitirás que se recupere de forma adecuada entre sesiones.
En resumen, lo que hacemos es enseñar a nuestro organismo a utilizar mejor las fuentes de energía para ser más eficiente. Al correr despacio, mejoraremos la resistencia de nuestro organismo y crearemos más capilares para tener mejores suministros de energía y transportar oxígeno nuestro cuerpo, por lo que retrasaremos la aparición de fatiga y de falta de energía. Todos buscamos poder aguantar más tiempo practicando una actividad como es el running a una intensidad alta, pero si no trabajas antes tu capacidad aeróbica, la fatiga y la falta de energía en tus músculos aparecerá mucho antes de lo esperas. Si aprendes a ser eficiente entrenando suave, luego podrás entrenar rápido!!!! No se olviden de disfrutar!!
¡No subestimemos los beneficios de correr lento! Que no siempre nos veamos así:
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